miércoles, 20 de agosto de 2008

Segun el Diario OLE

"FUE EL PECHO DE DIOS"

Así definió el Kun el primero: "Por fin se me terminó la macumba". Y tira que "el 3-0 me lo acordaré mucho tiempo". La zona mixta del estadio de los Trabajadores estaba tan desbordada que en un momento, el Comité Organizador decidió que no ingresara ningún periodista más. Había italianos, franceses, mexicanos, españoles, brasileños, ingleses y hasta senegaleses. El sector de los medios estaba más peleado que el partido. Y eso que aún faltaban Agüero y Ronaldinho, demorados por rutinario control de orina. Un control que al Kun lo descontroló (y que no le toque en la final del sábado, porque también le van a sacar sangre). "Me perdí toda la fiesta. No pude estar en el quilombo del vestuario porque no me dejaban salir. Me moría de ganas por estar con Diego y con todos. Y me quedé recaliente. No sé qué pasa: ya me tocó cuatro veces el antidoping. Hay un control sorpresa, Agüero. Hay sorteo, Agüero. Me tienen de hijo", explicó, sonriente.. Uia, la palabrita mágica apareció sin que se la buscara. Y el Kun blanqueó todo, papá. ¿Por qué festejaste los goles así? _Se lo dediqué a mi futuro hijo, que está por venir. La verdad que estoy disfrutando mucho. Me encanta ganarles. Tanto me gusta que el otro día dije que nunca había perdido con ellos. Y estuve en el 0-3 en Londres cuando debutó Basile. Pero se me había olvidado... Aunque de este 3-0 sí me voy a acordar. Y por mucho tiempo. A los brasileños les molestó que dijeras que Messi es mejor que Ronaldinho... _(Interrumpe). ¿Y qué quieren que diga? Es mi amigo, mi compañero de habitación y además está pasando por un gran momento. Aunque falta la de oro, esta medalla no te la saca nadie: fueron dos goles para una paliza. _Sí, obvio. Por suerte se me abrió el arco y se terminó la macumba. Y el primero fue el pecho de Dios, jaja. Pero a la camiseta no me la saca nadie. Dale las gracias al Checho, que te bancó. _Le estoy agradecido, me bancó a muerte. Pero te decía de la otra camiseta. ¿La que te mandó tu familia de Buenos Aires? _Claro, a ésa la tengo guardada en la pieza. Me trajo suerte, a full. A ellos y a Gianinna les dedico esto, los extraño mucho. Vas a tener que ponerle las iniciales de la pareja a otros botines, éstos se te están rompiendo. _Sí, pero ojo que para la final aguantan. ¿Le van a ganan a Nigeria la revancha del 96? _Nigeria es un buen equipo, que corre mucho y si queremos la de oro, vamos a tener que correr el doble. Pero si con Brasil tuvimos revancha por lo de la Copa América, ¿por qué no vamos a poder tener otra?

“EN LA CAMA SE VEN LOS PINGOS...”

No es fiaca argenta ni horario chino. Tampoco egoísmo de sommier. A las 10 y monedas, sólo se trata de cábala pura. En el templo de los Agüero, en Olivos, allá donde el museo de la gambeta se pierde entre autoreferencias triunfales, asomá Leonel, recostado en su cama. Padre solitario. Adriana, mamá Kun, fiel compañera y creyente como pocas, ya ha convertido la casona en un santuario. Que la virgen lujanera, que la de Santa Rita... Confirmado, lo que se da no se quita. Falta gente a la vista. Sobra amor. Aun de los ausentes. Jugar una semi Olímpica en horario escolar no tiene perdón de Dios. Los sms con el minuto a minuto on line, quemaban las tarjetas. El blackberry y el chat de madrugada es cosa de adultos. Cada uno en su procesión. Y doblete con medalla asegurada (no sólo la de San Benito Abad que le cuelga a Sergio). La señora de la casa apenas si se entera entre mates de la otra buena nueva. Los nervios la traicionan. Prefiere el rezo. Se guía por estados de ánimo ajenos. Así se pierde el pulgar en boca, tapa de Olé, festejo que confirma que será tan abuela como Claudia. "Quién sabe cómo será. Tendrá otro estilo de vida. Tal vez sea nene de mamá, je", le dice papá Leo a Mitre. Aún horizontal para no perder la costumbre ni tentar a la fortuna. En la cama se ven los pingos. Y se sueña bien despierto...

“DE TAL SUEGRO... ¿NO?”

No sólo a las balas. El Kun también le puso el pecho a la pelota. Y les regaló flor de angina a los brasileños. Pobrecitos.

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