miércoles, 20 de agosto de 2008

Despues del partido, el festejo

"Agüero, genio y figura, sigue gritando los goles a Brasil. Felicitado por su amigo Messi y por su suegro Diego, el Kun cuenta: "Gianinna se emocionó por el festejo".
Esperá que me despierte, que todavía tengo los ojos hinchados". Esos ojos, dos pelotas de ping pong infladas que contrastaban con los óvalos de los chinos cazaautógrafos, marcaban dos cosas. Que a las siete de la tarde el Kun Agüero todavía no había podido recuperarse de tantas alegrías juntas y que la noche del festejo por el baile, siga, siga, el baile, había sido larga. Muy larga.Su socio, el de la asistencia en el penal y el abrazo a Ronaldinho para certificar que a rey muerto, rey puesto, está con más pilas. Un poco más sonriente aunque no tan feliz como Agüero, que cuando logra despabilarse, entiende cómo es el saludo chino y lo inmortaliza en una imagen que en Brasil va a provocar pesadillas ("qué pesadelo", diría Diego, je)."No pude ver todo el partido, aunque me hubiese gustado. Gracias que pude enganchar la repetición de los goles. Pero por más que no lo haya visto, estoy más convencido que antes: fue un baile el 3 a 0. Y creo que se notó, ¿no?", dice el Kun, que puede perder horas de sueño pero nunca la picardía. "Yo me alegré casi más por los goles del Kun que por ganarle a Brasil. Porque él la estaba pasando mal y porque como lo hablábamos todos los días en la pieza, sabía de las ganas que tenía de hacer un gol y de festejarlo como lo festejó", se prende Messi a regañadientes, porque su furia con los medios argentinos no le permite hablar de sí mismo. Apenas de su amigo con el que se ríe hasta en las fotos y basta ya.El Kun lo entiende y sigue la charla, porque si no es el mejor día de su vida, pega en el palo (y ahora que cambió la racha, va a dentro seguro). Lo único que empañó su jornada ideal fue el control antidóping. Antes y después, no se pudo quejar. A los dos goles le sumó una cena con papas fritas y carne, la comida preferida de él, de Messi y de la mayoría, y unos memorables partiditos de Play con Diego en el que tuvo el tupé de ganarle a su suegro. Las cartas fueron la última compañía hasta que después de tanta adrenalina, cerca de las siete de la mañana del miércoles en Pekín pudo soñar con los angelitos. "Qué voy a soñar con los goles con el cansancio que tenía. Aunque no me los olvidé, eh. Y yo creo que los brasileños tampoco se los van a olvidar más...", dice moviendo el pulgar que la noche anterior se llevó a la boca para que el mundo se entere de que va a tener un hijo. "Gianinna me dijo que se emocionó hasta las lágrimas, que se puso a llorar como todos los que estaban con ella viendo el partido. Cuando hablé, lo primero que me dijo fue 'muchas gracias por dedicarnos el gol, amor'". Tan embarazado como su novia, al Kun ya se le deshincharon los ojos. Estira los recuerdos mientras su compadre empieza a caminar hacia el gimnasio del Regal, justo enfrente, porque en el hotel en el que se alojan no tiene. ¿Su compadre leyó? Ultimo momento: Messi sería el padrino del hijo del Kun. Ah, no. Falsa alarma. "El padrino va a ser un amigo, Lucas Fernández. Leo va a ser como un tío, y espero que se ponga con el regalo, je", bromea otra vez con esa cara de felicidad que tienen los primerizos. "Con Lionel está todo bien. Nos divertimos mucho estando juntos, y también nos divertimos cuando jugamos. Bah, contra Brasil nos divertimos, porque en los otros partidos venía con una mala leche...", se acuerda el ahora goleador del equipo junto con... ¿Con quién otro iba a ser? Con Lionel Messi, obviamente.Por una cuestión de afinidad, el Pulga fue uno de los primeros en el plantel que se enteró de la noticia de la paternidad. "Cuando se lo conté, me felicitó. Todos me felicitaron". Eso fue antes. Pero después de los goles, la sucesión de congratulaciones no paró. "Gianinna estaba recontenta, ya te dije, mis viejos y mis hermanos también y Diego ni te digo. Me dio un abrazo tremendo y me contó que se había emocionado mucho. ¿Así que lloró después del segundo? No sabía, eh". Y si Maradona no le reclamó nada porque ya lo había hecho después del partido contra Holanda, esta vez las quejas llegaron desde su casa. "En mi familia se quejaron por que no me puse la camiseta que me mandaron ellos abajo. Pero con el calor que hace, no puedo parar de transpirar con una, imaginate si me pongo dos...". Sí, dos. El número mágico. Dos le hizo a Brasil y dos sueña con meterle a Nigeria. "Es un buen equipo, eh. Va a estar complicado, porque es una final y ellos corren mucho. Pero sabemos que tenemos que jugarle de la misma manera que a Brasil". Así les ganan, y los nigerianos no se lo olvidan más. Como los brasileños, ¿vio?
Fuente: OLE

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