viernes, 29 de agosto de 2008

Homenaje de oro en un partido inolvidable

El que regresó a tiempo fue Agüero. Y con una medalla de oro colgada al cuello. Por ese motivo, el club decidió tributarle un merecido homenaje. Kiko y López, campeones olímpicos en Barcelona'92, fueron los encargados de entregar al argentino un lingote de plata con los tres escudos que ha tenido el Atlético a lo largo de su historia. "Kun, Kun, Kun", retumbaba el Calderón. Loable gesto de la entidad colchonera que, sin embargo, da que pensar. Entre otra cosas, por qué Kiko, López, Pantic y compañía nunca han tenido un reconocimiento del club. Ahora están haciendo las cosas bien. Más vale tarde que nunca. Que lo de ayer sirva de precedente. El Manzanares era una fiesta. El corazón y la garganta de los seguidores colchoneros estaban preparados. Pero el primer órgano palpitó más fuerte y las gargantas cesaron su actividad cuando llegó el minuto de silencio por las víctimas del trágico accidente aéreo de Barajas. Ni una sola voz en el Calderón. Los alemanes, un millar, se sumaron respetuosamente. Incluso colgaron una pancarta para recordar a las víctimas. Todo un detalle de una afición que se hermanó con la rojiblanca antes del encuentro. Llegó, saltó, marcó. Empezaba el partido, y a los futbolistas de Aguirre les caló el mensaje de la grada. Con más testiculina que cabeza, saltaron al campo decididos a por el gol. Forlán lo tuvo en sus botas, pero un defensa germano lo evitó bajo palos. Segundos después, el Kun no perdonó. Perea puso un gran centro -sí, Perea, el colombiano- y Agüero no perdonó. Picada, abajo. Gol. Y locura en el Calderón. La eliminatoria estaba igualada gracias a un testarazo del Kun, el Julio César del imperio atlético. Vio, saltó y marcó. Desde que Pander marcara el único tanto del Schalke en el Veltins Arena, la parroquia rojiblanca tenía claro a quién encomendarse: a su niño. Por mucho que Agüero se empeñara en decir a su llegada a Barajas que no era el salvador de nada, en Pekín ya llevaba el cartel colgado a la espalda. El Kun también participó en el segundo tanto. Inició la jugada que desembocó en el golazo de Forlán. Luego dio en bandeja el tercero a Luis García y no satisfecho con eso, también dio el pase del penal que supuso el cuarto. Pues sí que iba a ser el salvador, sí. Todos le esperaban como agua de mayo, y no defraudó. El homenajeado de la noche acabó haciendo el suyo propio a una afición que lo adora. Ahora sí, el Atlético de Madrid vuelve a la Champions. Y lo hace por la puerta grande. El Calderón botó como hace años no lo hacía e incluso se atrevió a hacer la ola. Una fiesta en toda regla para una hinchada que merecía este premio tras tantos años de penurias. Por fin, los fieles seguidores colchoneros tuvieron su homenaje.

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