1-1: Albín frena la progresión del Atlético

No era una victoria contundente, pero tenía un enorme valor no sólo por su efecto inmediato en la clasificación (regreso a la Champions), sino también por su su factor estimulante (segundo triunfo consecutivo de Abel y primero del Atlético en el Calderón en 2009). Sin embargo, lo que parecía un sueño hecho realidad para los rojiblancos se esfumó en un nefasto instante. Un último suspiro que anuló el estreno del técnico colchonero en su casa merced al gol postrero de Albín, la auténtica pesadilla para el Atleti cada vez que ambos equipos se ven las caras. Y ésa fue la historia del derbi. Un quiero, un propósito, una intención que resultaron insuficientes para repetir victoria. El Atlético propuso su pegada como arma infalible, pero no supo amortizar sus ocasiones como hizo en Huelva sin ir más lejos; eso le costó el triunfo y hasta casi perder los tres puntos. Un remate al larguero y un penalti errado siempre por el mismo protagonista, Albín, pudieron haber convertido el estreno de Abel en el Manzanares en una escabechina, con lo cual hasta el empate puede tener su lado positivo.

Frenético arranque

Cuando dos equipos deciden lanzarse al ataque, sin más preocupaciones que desequilibrar el partido y sin especular, el gran beneficiado es el espectáculo. Atlético y Getafe convirtieron su duelo en un frenético ir y venir, con un vendaval de ocasiones que activaron a un Calderón repleto de aficionados dispuestos a disfrutar viendo como a su equipo salir victorioso. El arranque fue eso, un toma y daca, una continua respuesta atacante de ambos conjuntos que sólo miraban al marco rival. Albín avisó primero y Leo Franco después obró el milagro ante Uche a bocajarro. Con igual frenesí respondió el Atleti con Forlán como principal protagonista de las llegadas. Simão, Maxi y Kun de inmediato le acompañaron en el intercambio de golpes a un ritmo tremendo.

La mejor versión de Seitaridis asistió de lujo a Forlán para abrir el marcador. El griego se erigía en uno de los grandes destacados del Atlético junto a Pablo, imperial todo el encuentro, y el justiciero Forlán, que sigue imparable su cita con el gol. El resultado no era holgado, pero sí marcaba la diferencia entre uno y otro en el ecuador del encuentro. Sin embargo, la reanudación permitió contemplar algunos vicios adquiridos por el Atlético (algo más reservón y mucho más retrasado) y sobre los que deberá trabajar Abel para obrar el cambio deseado. Pese a ello, Kun pudo marcar en plancha en otra magnífica asistencia de Seitaridis, lo mismo pudo hacer Maniche en un mano a mano con Jacobo, pero ahí falló el Atleti. No supo matar el partido y el Getafe, sin hacer mucho más, rescató un punto que pudo ser un botín más exquisito. El penalti de Pablo a Casquero no anuló su gran partido, pero el Getafe perpetuó la mala racha con la pena máxima que falló Albín. Los de Víctor vieron la luz con el ímpetu de Contra, Guerrón, Uche y el gol final de Albín que convirtió en pesadilla el sueño de Abel