jueves, 20 de agosto de 2009

Nuevo triunfo Atletico

El Atleti es feliz, muy feliz. Según Forlán y Kun pisaron en césped del Olímpico de Atenas, se acabó el culebrón y empezó el fútbol, que parecía olvidado entre tanto rumor. ¡Qué error! Porque cuando un equipo disfruta de, posiblemente, la mejor delantera del mundo (o por ahí) sus aficionados van a vivir muchas noches como la de ayer en Grecia, donde sus deslumbrantes individualidades dan victorias de calidad ante rivales como el Panathinaikos, que salió aterrorizado por los delanteros del Atleti y se fue resignado: no se puede combatir el talento sólo con el físico. Con los centrales más cerca, Assunçao y Raúl García ya no tienen que cubrir ellos solos un océano y el balón se recupera más y más arriba, facilitando que llegue a donde debe estar: en los pies de Forlán, Kun, Simao y Maxi.Tras cinco minutos de tanteo, el Atleti cogió el mando. No fue desdeñable la aportación de Ten Cate al éxito rojiblanco, todo hay que decirlo. En un ataque de entrenador (malo o cobarde) se inventó una defensa de cinco con Gilberto Silva, sobrevalorado como mediocentro y totalmente fuera de sitio como defensa. Así, al intentar sepultar a Kun y Forlán bajo una montaña de músculo, desnudó su mediocampo y desconectó a sus delanteros. ¿Y qué sucedió ? Pues que tras un buen rato de somnolencia general, el primer balón que agarró Forlán desarboló el invento griego. Tras el descanso, después de unos cambios griegos llegó su gol. El empate provocó los minutos de más agobio para el Atleti, entonces Assunçao decidió dar otro de esos cursos de entendimiento del juego que le han convertido en el pilar más inesperado de este equipo. Y pronto se le unió Forlán. Primero le puso un centro perfecto a Agüero, al que sólo un mal bote le impidió marcar, y en el 63', tras un tirazo al larguero de Maxi y la enésima recuperación en campo rival de Assunçao, marcó con la zurda desde la frontal.Desde ese instante, el dominio del Atleti fue total, pero Kun no estaba fino. En el 70', agarró el balón pegado a la banda junto a la línea de mediocampo. Con él, Moon y Spyropoulos. Se fue de ambos y avanzó hasta las cercanías del área, donde levantó la cabeza y vio que, de nuevo, sólo le acompañaban los dos defensas. Ni un amigo a la vista. Nada que hacer. O sí, les volvió a encarar, les volvió a dejar y marcó cruzado. Fue tan brillante que casi dio pena la impotencia de sus pobres perseguidores. Kun no es futbolista, es inventor. Al final, el 2-3, un resultado magnífico, se antoja corto. Es lo que pasa cuando Forlán y Kun van contigo: siempre quieres más. Tranquilos, llegará. Los dos siguen en el Atleti y, como no, la Champions es su destino.

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