domingo, 14 de septiembre de 2008

El Atleti no pudo

Llegó el Atlético pletórico y líder a Zorrilla y se marchó con dudas y preguntándose si realmente su banquillo ofrece garantías. El Valladolid, que jugó setenta minutos con diez jugadores, aprovechó dos jugadas a balón parado para apuntarse su primera victoria (2-1) en la Liga BBVA Primera División. Cuando apareció Agüero, al inicio de la segunda mitad, el Atlético ya perdía por 2-0. El argentino mejoró a su equipo, pero su estado físico no le permitió más que maquillar el resultado. Lo peor fue que el Atlético ni siquiera terminó agobiando a Sergio Asenjo, que vivió más tranquilo de lo que se podía esperar, viendo las circunstancias. La Liga BBVA, en fin, devolvió al Atlético a la realidad.Cuando un equipo depende de dos jugadores le ocurren cosas como la que le ocurrió al Atlético en Zorrilla. Si falta un jugador, queda algo, sobre todo si el que queda es Agüero, pero si faltan los dos, queda la nada. En Valladolid no formaron ni Forlán (que no viajó) ni Agüero (que sí viajo, pero fue suplente). El Valladolid olió el cadáver y se lanzó a por él. A los tres minutos ya ganaba. Un par de centros, otras dos carreras y el Atlético ya se había asustado. Al tercer centro, en una falta, Coupet midió mal, como ha medido tantas otras veces Leo Franco, y Vivar marcó a placer y no sé sabe bien con qué parte del cuerpo.El Valladolid pudo hacer más sangre, pero Sesma no quiso. Primero puso mal un pase de la muerte y luego envió arriba una volea. A esas alturas, Seitaridis rondaba ya la tarjeta roja, pues a Sesma sólo lo veía de lejos. Curiosamente, el expulsado fue otro lateral derecho, Pedro López. Tenía una tarjeta y se le ocurrió tirarse dentro del área. La incomprensible decisión acabó como tenía que acabar, con el jugador en la caseta. El Atlético, que perdía, parecía ver la luz, pero se le apagó poco después. Una falta frontal acabó con un penalti por agarrón de Assunçao a Vivar Dorado. El brasileño no construyó (ni se esperaba que lo hiciera) y cuando defendió creó más problemas de los que solucionó. Baraja no falló.

Agüero no fue suficiente

El Atlético mostró, hasta que salió Agüero, todos los problemas del año pasado. Incapaz de dar tres pases seguidos y falto de fantasía, su juego era plano y espeso. Falta por ver si Banega puede ser ese futbolista capaz de mover al equipo y aportar fútbol. A Maniche, que se ha vendido como la panacea a los problemas futbolísticos del equipo, le faltan recursos, aunque tenga otras virtudes. El Valladolid, mientras, se juntaba bien y veía menos a Coupet que al inicio, como era de esperar.En la segunda parte, Agüero dio más problemas a la defensa del Valladolid que todo el Atlético junto en la primera mitad, en la que se salvó Simao y poquito más. El Kun la pidió y de su mano el Atlético dio un par de pasos hacia delante. Él hizo el tanto con el que los rojiblancos recortaron distancias, tras un rechace de Asenjo a un tiro de Maniche. Cuando se esperaba un asedio madrileño, a los de Aguirre se les volvió a bajar la persiana. El Valladolid, no obstante, tuvo su mérito. El de Mendilibar es un equipo bien hecho y que trata bien el balón en cuanto puede.Durante un rato, el partido se volvió loco, Coupet le negó el tercero a Escudero y Luis García rozó el empate. Es lo más cerca que estuvo el Atlético de la igualada. Ni siquiera agobió en exceso a Asenjo en la parte final. Alguna falta y algún córner, pero poco más. Luchar por la Liga BBVA exige otra cosa. El Atlético aún tiene que demostrar que lo tiene.

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